Yo no era la primera opción que Dios tenía para la tarea que realicé en China. Había alguien más… No sé quien era la primera opción de Dios. Debía de ser un hombre, un hombre maravilloso. Un hombre educado y culto. No sé qué pasó. Quizás murió. O quizás no quiso ir… Y Dios volvió a mirar entre sus hijos… y vio a Gladys Aylward.10 En el siglo XX, el crecimiento del movimiento pentecostal revirtió en el crecimiento del papel de la mujer en el ministerio. No obstante, el mismo proceso que causó el declive
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